jueves, 5 de septiembre de 2013

INFLACIÓN, DESEMPLEO

INFLACIÓN, DESEMPLEO

La teoría del crecimiento económico a partir de Adam Smith en 1976 ha sido durante muchos siglos el objeto de las investigaciones económicas, se basa fundamentalmente en el comportamiento en el largo plazo del PIB y del PIB per cápita en determinado período de tiempo. El crecimiento de la producción total de un país depende en buena medida de algunos ingredientes como son los incrementos en la calidad y cantidad de los recursos naturales, económicos y humanos, del mejoramiento de la tecnología a través de la innovación y la invención, de un nivel creciente de la demanda agregada y de la eficiencia productiva y económica con que se usen esos recursos para alcanzar el potencial de producción.

En función de este objetivo los gobiernos emprenden programas y trazan políticas para estimular la economía. El empleo total de todos los ciudadanos que estén dispuestos y en posibilidad de trabajar y la estabilidad en el nivel de precios son ingredientes necesarios para lograr el crecimiento económico
La inflación distorsiona la actividad económica normal y el papel orientador del mercado, cuanto mas irregular sea la tasa de inflación, mayores serán los efectos sobre el nivel de precios y de empleo, generando una gran incertidumbre económica.
La inflación disminuye el poder adquisitivo de los ingresos y de los activos financieros; al reducirse el poder de compra de la moneda, se reduce la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar con una determinada cantidad de dinero , afectando la inversión y el consumo y a largo plazo se deteriora su calidad de vida.
Los mayores costos de producción, la dificultad que se origina en el cálculo de los costos por las continuas alzas, las presiones sindicales por las alzas de salarios y los menores beneficios que se obtienen, son factores que crean un ambiente poco adecuado para el incremento de la producción.
La inflación incrementa nominalmente el valor de los ahorros y de los activos o bienes inmuebles , pero en términos reales hace que cuando los precios aumentan , el valor real o poder de compra de una cantidad dada de ahorros disminuya . Así mismo, cuando la inflación se aproxima a los niveles de las tasa de interés, el individuo siente que es mejor consumir que ahorrar, contribuyendo nuevamente al incremento de la inflación.
Ante una tasa de inflación alta, la gente desvía sus capitales hacia donde la tasa de inflación sea baja, lo cual significa menor inversión en el país y por ende menor producción.
Los mayores precios de los bienes que se exportan pueden disminuir las ventas en el exterior, creando déficits comerciales y problemas en los tipos de cambio.
Índice de precios = Precio de la canasta del mercado en ese año x 100
De un año dado Precio de la misma canasta del mercado en el año base
Variación porcentual = Ind. Precios en el año o mes considerado – Ind. Mes o año base
Acumulada Índice de precios del año base


LA INFLACIÓN
La inflación es catalogada como uno de los mayores problemas de la economía, muchos economistas la consideran inherente al modelo de desarrollo capitalista, pero incluso en el sistema comunista también se ha presentado este fenómeno.
Consiste en un aumento general y continuo del nivel de precios en una economía. Es un fenómeno económico que se manifiesta a través de una relativa disminución del valor del dinero, es decir la reducción en el poder adquisitivo a causa de una elevación de los precios con relación a la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar con el mismo.
En términos generales un proceso inflacionario se inicia por diversas causas, siendo una de las más comunes la que se origina por un desequilibrio significativo entre la oferta y la demanda, es decir, cuando por diversas presiones económicas la demanda de bienes y servicios es superior a la oferta disponible de los mismos a los precios actuales, o cuando la oferta está limitada por la baja productividad o por restricciones del mercado.
La deflación implica una caída continuada del nivel general de precios, como ocurrió durante la Gran depresión de la década de 1930; suele venir acompañada por una prolongada disminución del nivel de actividad económica y elevadas tasas de desempleo.
La inflación es un fenómeno que, a partir de la posguerra, ha pasado a ser un rasgo estructural del sistema capitalista. Se trata de un fenómeno contradictorio que a la par que beneficia al sistema también le genera problemas; que beneficia a ciertos grupos sociales y perjudica a otros; que plantea a los gobiernos la disyuntiva de la inflación o el paro.

                                                                                                     
Es un fenómeno relevante y complejo, que para ser comprendido y explicado debe ser analizado extensa y profundamente, pero también puede ser conocido, cuando menos como una primera aproximación, en términos breves y sencillos.
Este último es el propósito del presente escrito, tiene como objetivo servir como introducción al estudio del fenómeno inflacionario.
El fenómeno inflacionario
No existe una definición comúnmente aceptada. Cada una de las principales escuelas del pensamiento económico moderno, sobre todo cuando se trata de explicar las causas, tiene su propia visión y definición acerca del tema. Sin embargo, si consideramos la percepción general de fenómeno, es decir, si partimos empíricamente, la inflación se define como un aumento sustancial y sostenido en el nivel general de los precios. (Teigeiro, 1983a: 63)
Continuando con las definiciones empíricas, si la vemos desde la perspectiva del ingreso, la inflación se manifiesta como una pérdida del poder de compra del dinero. (Teigeiro, 1983a: 66) Se trata de la posición de los monetaristas, que ponen el énfasis fundamentalmente en el aspecto monetario de la inflación y consideran que la causa principal de la misma es un crecimiento demasiado rápido de la cantidad de dinero.
Por su lado, Galbraith engloba las anteriores definiciones en una sola, al respecto dice: Si se pregunta al hombre de la calle qué es la inflación, probablemente no tenga mayores dificultades para responder y la defina como un aumento en el nivel de precios o como una situación en la que con la misma cantidad de dinero cada vez puede comprar menos cosas. De ese modo, se tendrá una definición muy poco sofisticada, pero básicamente satisfactoria, de lo que es la inflación. La inflación, agrega, es un aumento en el nivel de precios o disminución en el poder adquisitivo del dinero (...) es un aumento sostenido en el nivel general de precios. (Galbraith, 1975: 21-23).

Otro autor norteamericano (Bach, 1974:69) nos dice: La inflación, suele decirse a menudo, consiste en mucho dinero en busca de pocos bienes. Se trata de una afirmación tosca, pero que contiene sin embargo un elemento de verdad. Esta definición se deriva de lo que el autor considera la causa fundamental de la inflación, es decir, cuando la demanda total de bienes y servicios supera a la oferta de los mismos.

Otras escuelas aducen que la inflación se genera por el aumento de los sueldos y los salarios, lo cual implica la existencia de mayores cantidades de dinero. Desde luego, sin más dinero no puede haber inflación, sin embargo debemos considerar que es una condición necesaria pero no suficiente. Asimismo, para que aumente la cantidad de dinero en circulación es necesaria la intervención del banco central: cuando el banco central de un país decide aumentar la cantidad de dinero, no salen a la calle los funcionarios de dicha institución y empiezan a repartir billetes y monedas entre los transeúntes que pasan por allí.
                                                                                                  
Es preciso encontrar una forma de canalizar ese aumento en la circulación de dinero, de manera que se refleje en un mayor poder de compra. Aquí es donde las distintas escuelas del pensamiento económico se separan y cada una toma un camino distinto. (Teigeiro, 1983a: 66)
A pesar de las diferencias, entre las distintas teorías existe un denominador común respecto a la naturaleza básica del proceso inflacionario. Consideran que la inflación es consecuencia de la lucha de agentes económicos y sociales por el reparto del ingreso nacional, cuyo resultado dependerá de la fuerza que cada uno tenga. Los agentes son el gobierno, que trata de apropiarse de una mayor parte del ingreso vía impuestos; el sector privado, que busca el mismo fin elevando los precios; y los sindicatos que persigue lo mismo a través de presiones para lograr aumentos de sueldos y salarios, cuando dicho aumento no es resultado de aumentos de productividad. Por otro lado, la inflación puede transmitirse de unos países a otros a través del comercio internacional.
Formas de medir la inflación
La magnitud de la inflación es variable y existen tres formas fundamentales para medirla:
1.  El deflactor del producto bruto interno: Es el único índice que mide la variación en los precios de todos los miles y miles de bienes y servicios que se producen en la economía de un país. Con él se convierte una cantidad nominal en otra real. Así, si el producto nacional bruto nominal en un año aumentó en un 10%, habrán contribuido a ello dos elementos: un crecimiento real de la producción y otro debido a los mayores precios. Si éstos subieron en un 4% del primer año al segundo, sólo podemos atribuir un 6 % del incremento del producto a una mayor producción, y el resto al alza de precios. Esta operación de corregir el incremento  del producto debido sólo a los precios se llama deflactar, y el índice de precios que se utiliza es el deflactor. Esta forma de medir la inflación es la más completa.
2.  El índice de precios industriales: Se suele calcular mensualmente y sobre todos los bienes industriales.
3.  El índice de precios al consumidor (IPC): Se estructura en base a una encuesta de consumo. Refleja las variaciones de los precios de dichos bienes y servicios (canasta básica) en cada período, respecto de los precios que tenían en un año determinado, que se llama año base.

Las causas de la inflación
Para comenzar es necesario apuntar que una economía se encuentra en equilibrio, es decir funciona bien, cuando la generación y distribución del ingreso nacional se realiza de tal manera que el valor de todos los bienes y servicios producidos es igual al valor de todos los bienes y servicios demandados. Es la lucha entre los agentes económicos y sociales por apropiarse de una mayor porción del ingreso la que genera la inflación, excepto si el ingreso nacional crece de manera suficiente para absorber las presiones de los distintos grupos o, de igual manera, si las presiones de los agentes económicos y sociales se neutralizan entre sí.
                                                                                                
  La inflación ha sido atribuida a varios factores:
1. El tirón de la demanda.  A partir de Keynes, especialmente de sus estudios sobre cómo financiar los gastos bélicos, el nivel del gasto nacional o demanda empezó a concebirse como el principal determinante de la elevación del nivel de precios. (Teigeiro, 1983b: 82). La inflación se genera cuando la demanda aumenta debido a que el gobierno, las familias y las empresas, por separado o simultáneamente, deciden aumentar su gasto en consumo e inversión.
En el caso del gobierno se supone que eleva su gasto más allá de lo que le permite la recaudación de los impuestos tradicionales, en consecuencia, para financiar su déficit entre sus ingresos y sus gastos, será necesario que recurra a fuentes de ingresos adicionales, tales como créditos del banco central o mediante la deuda pública interior y exterior
Una expansión de la demanda (autónoma o inducida), no tiene porque reflejarse inmediatamente en una elevación de los precios, ya que a través de un aumento de las importaciones puede atenderse el crecimiento de la demanda. La medida en que esto sea posible dependerá de la capacidad del país en cuestión para soportar y financiar el déficit de la balanza de pagos consiguiente. La inflación se presentará cuando el exceso de demanda no se pueda cubrir debido al agotamiento de las reservas y a la imposibilidad de recurrir al financiamiento exterior. En este momento, el exceso de la demanda por encima de la producción nacional se tendrá que traducir necesariamente en un aumento de precios de tipo inflacionista.
Para Bach (1974: 69-70), la presión inflacionaria se presenta fundamentalmente cuándo y dónde existe un exceso de demanda total de bienes y servicios ofrecidos en venta a los precios usuales del mercado. Sin que medie tal situación, una inflación importante no va a poder continuar existiendo. Siendo esta la causa fundamental nos dice: Para saber predecir presiones inflacionarias en el futuro, por lo tanto, uno deberá fijarse no solamente en las fuerzas que generan un empujón de los costes hacia arriba, sino lo que es más importante- en el probable nivel del gasto total respecto del nivel probable de los bienes y servicios totales que estén disponibles para su adquisición (o sea, el producto nacional bruto).
2. La inflación de costes.  La elevación de costes, según otra teoría, es también una de las causas que dan origen a la inflación. Dentro de los costes se consideran los salarios, las materias primas, los impuestos, los intereses y los beneficios. Sin embargo, dicha teoría atribuye fundamentalmente a la subida de los salarios el motivo de la inflación.

Se argumenta que si el ritmo de crecimiento de los salarios se acelera más rápidamente que el correspondiente a la remuneración de los otros factores, traerá como resultado que el proceso de inflación se inicie por una presión de los costes. En consecuencia, los empresarios necesitarán más circulante para sostener la producción y el empleo, por lo que tendrán que acudir al endeudamiento a través de la solicitud de préstamos al sistema financiero

Además de las materias primas, la inflación por empujón de costes también puede ser el resultado de una elevación fuerte y sostenida de los impuestos, los
                                                                                                   
intereses y los beneficios. El gobierno puede aumentar fuertemente los impuestos para financiar un aumento de sus gastos sin que se produzca déficit. En respuesta, las familias tratarán de proteger su ingreso demandando mayores salarios; por su lado los empresarios lo harán trasladando el impuesto al consumidor vía precios, lo que dará lugar a un nuevo impulso inflacionista.
Por su lado el sistema financiero también puede impulsar la inflación por medio de la elevación de los intereses que cobra por los préstamos que otorga. Cuando esto sucede, lo más probable es que las empresas reaccionen trasladando al consumidor el aumento de costes en forma de subida de precios.
El aumento de los beneficios repercute doblemente: por un lado el aumento de los precios que lo hizo posible y; por otro, la demanda de mayores salarios por parte de los trabajadores motivada por el aumento de precios.
3. La visión estructuralista. Para algunos teóricos, particularmente de origen latinoamericano, no basta con considerar el tirón de la demanda y la presión de los costes para explicar el origen de la inflación. Estos teóricos expresan que, para localizar las raíces de la inflación, es necesario considerar los desajustes y las tensiones económicas y sociales que surgen con el desarrollo económico de los países no industrializados. Para esta corriente de pensamiento la inflación no se explica por factores monetarios, sino por factores reales, que se traducen en la incapacidad de adaptación de la producción interna a una demanda cuya intensidad y canalización no se ajustan a las exigencias de crecimiento de tales economías. (Galbraith, 1975: 55)

Según el enfoque estructuralista, las causas de la inflación radican en la problemática estructural y en la situación de dependencia en la que se encuentran los países subdesarrollados. En dicho enfoque se considera que los problemas estructurales más importantes son los siguientes:
a)     La inflexibilidad y regresividad del sistema tributario, que da lugar a un gasto público inflacionario, debido a que es necesario atender necesidades sociales apremiantes.
b)  Las deficiencias en las estructuras productivas. En la agricultura, que se caracteriza por una desigual distribución de la propiedad y con sus posibilidades de explotación desaprovechadas, se presenta gran rigidez para adaptarse a la demanda de alimentos, lo que se traduce en una fuerte presión inflacionaria. En la industria, influida por la política de sustitución de importaciones, también se presenta rigidez. El tipo de industrialización no permite ahorrar divisas, deja al margen las exigencias de competitividad y se caracteriza por estructuras monopólicas, lo que genera una situación nada favorable para la estabilidad de precios.

c)  Los términos de intercambio desfavorables a los países subdesarrollados, que se presentan en su sector externo y que originan tensiones constantes en sus balanzas de pagos, han obligado frecuentemente a que dichos países devalúen sus respectivas monedas con las consiguientes presiones inflacionarias.
                                                                                                     
d)  Además de los problemas mencionados hay que añadir las deficiencias de orden institucional, social y político; las tensiones demográficas, las políticas económicas inadecuadas, la inestabilidad política, la distribución injusta del ingreso y la riqueza y la baja productividad, que también han actuado negativamente en lo que respecta a la estabilidad de precios.
e)  Igualmente, las distorsiones del crecimiento económico que resultan de imitar a las economías avanzadas. Por un lado el consumo conspicuo ha reducido las posibilidades de inversión y; por otro, la inversión se ha orientado a la producción interna para satisfacer dicho consumo que propicia un tipo de crecimiento que difícilmente armoniza con la estabilidad de precios.
Por lo tanto, son inconvenientes las recomendaciones ortodoxas referidas a la implantación de políticas estabilizadoras, fiscales o monetarias. Para evitar la inflación es necesario resolver los problemas estructurales mediante transformaciones estructurales de la economía: diversificando la estructura de la actividad económica y; actuando sobre la distribución del ingreso y los patrones de consumo, es decir, sobre la estructura social, y al mismo tiempo modificando la estructura de la producción, exportación e importación. Este enfoque es original, sin embargo, sería interesante saber si, considerando los profundos cambios del sistema capitalista, se sigue sosteniendo.
4. El enfoque monetarista.  Para la escuela monetarista, la inflación sucede si se financian las presiones originadas por un aumento de la demanda, por un aumento de los costes o por un problema estructural. Apuntan que si no se altera la disponibilidad de crédito, y por lo tanto la cantidad de dinero existente en un momento dado, no puede generarse inflación, debido a que, por ejemplo, una mayor demanda de crédito del gobierno, repercute en una menor disponibilidad de recursos para atender las necesidades de financiación del sector privado. Si, por el contrario, es el sector privado el que aumenta su consumo e inversión, el sector público deberá reducir sus necesidades de financiación. Si se origina un aumento de costes, sólo se traducirá en inflación si la autoridad monetaria está dispuesta a aumentar el crédito otorgado a los empresarios. Si el problema es estructural y, por ejemplo, crecen excesivamente rápido las exportaciones, se propone absorber el mayor ingreso mediante instrumentos de esterilización monetaria (depósitos obligatorios, aumento de impuestos a las ganancias excesivas, etc.). Si se trata del fenómeno inverso (descenso en las exportaciones), se debe reflejar en una contracción del crédito o de la cantidad de dinero en circulación.
Según Rojas y Rojas (1983: 83-84): La inflación se produce cuando el Banco Central emite una cantidad circulante que sobrepasa las necesidades de mediación de la circulación de la economía en su conjunto (...) el exceso de circulante en relación a las necesidades de la realización o venta de las mercancías, conduce a una desvalorización de la unidad monetaria. Y agrega:
La emisión de un exceso de circulante representa una <expropiación> de valor por parte de la banca a todos los poseedores del mismo. Cuando la banca pone un exceso de circulante (crédito) en las manos del gobierno o del público, lo que está haciendo es otorgarle capacidad de compra que el resto de los poseedores de dinero pierde al desvalorizarse la moneda. El crédito que la banca concede no puede ser ilimitado, sino que tiene ciertas fronteras que no deben ser superadas si no se quiere producir un efecto inflacionario.
                                                                                                
Cuando la banca va más allá de esos límites la moneda se desvaloriza. Hay dos formas en que se puede llegar a esto, una de ellas es cubrir el déficit gubernamental mediante nueva emisión o crédito del Banco Central. Si el gobierno gasta más de lo que recibe de ingresos -fiscales o de otro tipo-, entonces debe recurrir a los préstamos de la banca estatal o privada para llenar el hueco de sus finanzas. Como el valor no se puede crear de la nada, la transferencia de valor que recibe el gobierno mediante la desvalorización de la moneda la paga toda la sociedad.
Sin embargo, los críticos de la escuela monetarista arguyen que, al ignorar las causas de los fenómenos que originan las presiones inflacionarias, el remedio puede ser peor que la enfermedad. No cabe duda que una reducción suficiente en el ritmo de crecimiento de la cantidad de dinero, o aun en su nivel absoluto, es un instrumento capaz de producir una disminución en la inflación. Lo que sucede es que si se trata de reducir el aumento de los precios solamente por vía de control monetario, se puede perjudicar gravemente la actividad económica y el empleo, e incluso llegar a inducir la recesión y el paro.
5. El enfoque de los cambios del sistema capitalista. Existe otro enfoque (Heilbroner y Thurow, 1985: 144-152) que analiza de manera muy original el fenómeno de la inflación. Respecto a las causas de la inflación los autores que defiende el presente enfoque plantean lo siguiente:
a)  Los diferentes y numerosos intentos de explicar las raíces de la inflación contienen algo de verdad, sin embargo, carecen de un marco coherente que las incluya y que permita su interconexión y reforzamiento mutuo.
b)  Dicho marco se conforma con las contradicciones del sistema capitalista, las cuales ya no desembocan en depresiones sino en inflación y en recesiones limitadas y persistentes.
c)  Esto es así porque en la estructura económica y social del capitalismo han ocurrido grandes cambios: el surgimiento de los sectores públicos grandes y poderosos, que a través del gasto público inciden en la economía; el surgimiento del poder privado, es decir, de las grandes empresas y sindicatos; la gran proporción de servicios que hay en la economía y con una productividad que aumenta con más lentitud que la de los bienes, así como la lucha sindical de policías y barrenderos. El más importante es el primero.

Veamos el enfoque con más detalle. ¿Cuáles son las raíces de la inflación? No existe una sola respuesta. Las respuestas dependerán de la posición política y del enfoque teórico de los economistas. De acuerdo con la respuesta los responsables pueden ser: el banco central por expandir demasiado el crédito (explicación monetarista); las grandes corporaciones por aumentar sus precios más rápido que la elevación de sus costos; los sindicatos por demandar aumento de salarios por arriba del aumento de la productividad; el gobierno (economía de la oferta), porque eleva los costos debido a la excesiva regulación y desalienta los negocios con altos impuestos; los costos militares; la elevación de los precios del petróleo; la caída de la productividad; la indexación de los gastos sociales; la gente quiere vivir bien ahora y pagar más tarde. ¿Cuál es la explicación correcta? Todas tienen algo de verdad, pero carecen de un marco coherente que las incluya y que permita su interconexión y reforzamiento mutuo.
                                                                                                    
Es necesario partir del hecho de que las economías capitalistas están siempre en estado de tensión nerviosa, de movimiento real o potencial, de desequilibrio patente o latente....  Esta vulnerabilidad del sistema no se resuelve en depresión sino en inflación, la cual aparece como el modo en que el sistema capitalista responde a los golpes y desequilibrios de la situación institucional del fin del siglo XX. Esto se debe a los grandes cambios que ocurrieron dentro de la estructura social y económica del capitalismo en todo el mundo.
El más visible e importante ha sido el surgimiento de sectores públicos grandes y poderosos, los cuales mediante el gasto público dan un apoyo a la actividad económica que antes no existía y, con ello, pueden transformar una depresión mundial en inflación mundial. El gasto público (seguridad social, seguro de desempleo, etc.) no impide la llegada de todas las recesiones, pero si puede evitar pasar de una recesión a una depresión más profunda. A través del gasto público: Las depresiones acumulativas y sin fondo fueron convertidas en recesiones limitadas aunque persistentes.
Además la implantación del nuevo sector público aumenta enormemente la responsabilidad política de los gobiernos respecto del funcionamiento global de sus economías. Esta es la razón de porque los bancos centrales (...) tienen tantos problemas para llevar adelante las políticas monetarias restrictivas que podrían detener la inflación si fueran aplicadas. Los bancos centrales pueden  -y lo hacen- tirar de las riendas monetarias para restringir el crédito. Pero es muy difícil continuar con esos programas durante un largo tiempo (...) Cuando se tira muy fuerte de las riendas monetarias y se las mantiene así durante mucho tiempo, el gobierno recibe una ola de protestas de todos los empresarios, de los trabajadores desempleados, y consumidores frustrados. (...) los representantes del pueblo sienten (...) que el gobierno tiene la responsabilidad de evitar que las recesiones se profundicen (...) tarde o temprano las autoridades monetarias renuncian a esta cruzada antiinflacionaria. Las riendas monetarias se aflojan, respiramos nuevamente, y los precios retoman su tendencia ascendente.

El segundo cambio es el surgimiento del poder de las grandes empresas y sindicatos, que contribuye a la propensión inflacionaria. Actualmente a los picos inflacionarios no les siguen largos períodos deflacionarios, porque los precios de las mercancías tienden a subir, debido a que predomina la producción industrial y no la agrícola como en el pasado y los precios agrícolas han sido siempre más variables, particularmente hacia abajo. Una segunda característica es que el sector industrial ha cambiado. En las primeras décadas del siglo XX era común que las grandes compañías anunciaran disminuciones salariales en los malos tiempos; además los precios bajaban como consecuencia de los avances tecnológicos y de la fuerte competencia de precios entre las empresas.

Hoy la agricultura es una pequeña parte del producto nacional, la tecnología sigue bajando los costos, pero estos menores costos son anulados por el freno al descenso que mostraron los salarios y los precios después de la 2. Guerra Mundial. Los salarios suben, pero rara vez o nunca bajan. La concentración empresarial y el poder sindical, junto con el temor a la competencia entre las empresas, trajo como resultado que los salarios y precios generalmente se muevan hacia arriba. Salvo en casos extremos, ninguna gran compañía baja los salarios.
                                                                                                 
 Los aumentos salariales se repercuten en los precios con un 10% más. Estas tendencias alimentan el impulso inflacionario.
El tercer cambio que estimula la inflación es la gran proporción de servicios que existen en la economía y el hecho de que su productividad aumenta con más lentitud que la de los bienes, así como la lucha sindical de policías, barrenderos, etc. La inflación tiene su origen en acontecimientos específicos que dan inicio al proceso y que después se alimenta con otros acontecimientos. En el caso de un país deben considerarse tanto los factores internos como los externos. También contribuye a la presión inflacionaria la indexación del gasto social que contribuye a sostener las compras; así como el cambio de mentalidad, es decir las expectativas de la gente de que los precios seguirán subiendo y que los motiva a comprar antes de que vuelvan a subir. Por lo cual las expectativas se transforman en realidad.
Los efectos de la inflación
Según Teigeiro: la inflación de demanda tiende a producir, entre otros, los siguientes efectos: 1) aumento de precios; 2) aumento de beneficios; 3) disminución de salarios reales; y 4) aumento del empleo y actividad económica en general, mientras la inflación va en ascenso. Por su parte, la inflación de costes resulta en: 1) aumento de precios; 2) disminución de beneficios; 3) aumento de salarios reales; y 4) disminución del volumen de empleo y actividad. Es decir, los efectos dependerán del origen o causa de la inflación.
Asimismo, la inflación redistribuye la riqueza. Igualmente, la inflación significa un impuesto oculto, ya que cuando el gobierno aumenta su déficit y lo financia con emisión monetaria o por cualquier vía de endeudamiento, que permita simultáneamente una aceleración en el ritmo de crecimiento de la cantidad de dinero, resulta una elevación de precios que provoca una disminución del poder adquisitivo de la moneda, lo cual es lo mismo que si el gobierno hubiera decidido aumentar los impuestos para pagar el exceso de gasto con la recaudación tributaria adicional. Sin embargo, es importante aclarar que en la actualidad, debido a los cambios profundos que ha sufrido la economía, no necesariamente se producen los efectos tal y como los menciona Teigeiro.
Por su lado Rojas y Rojas, señalan que en términos generales, la inflación da lugar a los siguientes efectos: 1) Es un medio para abaratar la mercancía fuerza de trabajo, el cual tiene como contrapartida el aumento de las ganancias de los empresarios y 2) En general afecta a todos los que perciben ingresos constantes o que crecen menos que la tasa inflacionaria y; beneficia a los que pueden subir el precio de lo que venden a niveles superiores de a las tasas inflacionaria.
Los autores del enfoque de los cambios del capitalismo niegan que la inflación erosione el nivel de vida en EUA. Afirman que el deterioro del poder adquisitivo no es uno de los males de la inflación. En períodos inflacionarios todos tienen un mayor ingreso nominal. Pierden aquellos cuyos ingresos aumentan menos rápidamente que la tasa de inflación. En algunos casos el deterioro de los ingresos reales no tiene como causa la inflación sino la mayor oferta de trabajo respecto a la demanda. La inflación si redistribuye el ingreso de tal manera que lo que unos pierden otros lo ganan. Los ganadores pueden ser un grupo de trabajadores estratégicamente ubicado o un grupo de empresarios.

                                                                                                
Principales consecuencias de la inflación
En las economías desarrolladas las inflaciones moderadas se han considerado estimulantes siempre que no sobrepasen los límites críticos, los cuales ejercen efectos destructivos sobre la economía interna de un país, entre los que se destacan:
Distorsión del mercado
Deterioro de la calidad de vida
Desestímulo a la producción
Desestímulo al ahorro
Fuga de capitales
Déficit en la balanza comercial
De otra parte, la deflación también tiene efectos negativos esencialmente contrarios a la inflación. La disminución de los precios provoca una caída en la producción y a un aumento del desempleo. Los menores precios debidos a la deflación pueden llegar a aumentar el consumo, la inversión y el comercio exterior, pero sólo si se corrigen las causas fundamentales que provocaron el inicio de la deflación.



                                                                                                                                                   
Tradicionalmente se piensa que las personas de ingresos fijos son los perjudicados, lo cual sería correcto si los gastos de seguridad social no estuvieran indexados. Los que pierden son los poseedores de acciones, siempre que los precios de las mismas permanezcan fijos y los precios de los bienes y servicios crezcan. Las acciones no han servido de protección contra la inflación por dos razones: el enorme aumento de las tasas de interés provocado por la inflación y el pesimismo de los inversionistas respecto al futuro. La inflación sí es un problema económico de primer orden pero debemos distinguir entre los peligros que representa y los costos reales que impone. El gran riesgo es que se pierda el control de la inflación y ésta tienda a acelerarse.
Peligros de la inflación
1.   Con nivel de precios descontrolado desaparece el valor de los activos financieros, es decir, devora el valor de las cuentas de ahorros, de las pólizas de seguros y de otros activos fijos.
2.   El clima inflacionario hace difícil la inversión racional. Muchas familias sucumben buscando protección en colecciones, monedas de oro, arte, antigüedades y bienes raíces. No siempre las inversiones salen bien.
3.   También la inflación tiene efectos sobre los préstamos. En tiempos de inflación todos quieren endeudarse si pueden conseguir fondos suficientemente baratos, pero por la misma razón los bancos sólo prestan a tasas muy altas.
     Las tasas de interés aumentan en la lucha por conseguir dinero, lo cual pone serios obstáculos a muchos tipos de inversión. La economía se carga con endeudamientos. Los consumidores toman créditos muy grandes que es difícil soportar, las empresas se cargan con altos costos financieros y disminuye la flexibilidad y capacidad de readaptación de los mercados crediticios del país. Existe el peligro de que una gran insolvencia provoque situaciones peligrosas en el mundo bancario. La inflación aumenta el riesgo y la inestabilidad financiera a escala nacional.
En suma, precios descontrolados, desaparición de activos y crisis financiera son peligros implícitos en una inflación crónica. Pero los costos reales son el desempleo y la correspondiente pérdida de ingreso como producto de la recesión que resulta de las políticas antiinflacionarias.
Los remedios contra la inflación y sus consecuencias
Para combatir la inflación se recurre a políticas antiinflacionistas, a las cuales -según sea la forma de su aplicación y su dimensión temporal- se les denomina programas de estabilización, saneamiento o ajuste estructural.
El requisito mínimo de una política antiinflacionista es que la cantidad de dinero en circulación se adapte al crecimiento real de la producción o de la actividad económica mejor de lo que lo hacia durante el período de inflación. Generalmente esto suele significar una desaceleración en el ritmo de crecimiento de las magnitudes monetarias; pero en casos extremos puede llegar a ser necesario un frenazo total, o incluso una disminución en el nivel de la liquidez. Los efectos de la política monetaria sobre la actividad económica y el empleo dependerán en gran medida del uso que se haga de las demás políticas.
                                                                                                   
Sin embargo, para lograr resultados en el combate a la inflación es necesario que cuando se aplica una política monetaria, también se apliquen de manera simultánea, coordinada y coherente las políticas fiscal, de ingresos, cambiaria, etc El control de precios es otra medida para combatir la inflación, pero su aplicación sólo puede ser temporal, debido a que a largo plazo distorsiona la asignación de recursos.  Las subvenciones o subsidios a los precios de ciertos productos también ayudan al control de la inflación, pero igualmente distorsionan la asignación de recursos y, al final, alguien tiene que pagar los subsidios y generalmente lo hace el Estado motivando un mayor déficit.
Las políticas antiinflacionistas repercuten sobre el tipo de cambio y, a través de él, sobre la balanza de pagos, debido a que una política monetaria restrictiva tiende a fortalecer artificialmente el tipo de cambio: al reducir el ritmo de crecimiento de las magnitudes monetarias se disminuye automáticamente la demanda de bienes y servicios importados. A su vez, el fortalecimiento del tipo de cambio incide desfavorablemente sobre las exportaciones y alienta las importaciones.
Los autores del enfoque de los cambios en el capitalismo destacan que en gran medida el costo real es el desempleo provocado por las medidas para remediar la inflación, es decir, por las políticas monetarias restrictivas. Estos costos aparecen disminuidos en la consideración política porque son soportados solo por una pequeña porción de la población. La desocupación, con todas sus repercusiones sociales destructivas, permanece relativamente desatendida mientras los gobiernos dirigen sus esfuerzos a controlar la inflación. Por ello, dicen: La parálisis de una política social constructiva es el mayor desafío de nuestra era inflacionaria.
¿Cuál es la mejor manera de combatir la inflación? El arte de combatir la inflación consiste en pensar medidas económicamente efectivas y políticamente aceptables. Las posibles medidas son:
1.  Equilibrar el presupuesto público (gasto igual a ingreso) y mejor aún si se logra que sea superhabitario. El problema es que hay diversas maneras de equilibrar: aumentar los impuestos para igualar el ingreso con el gasto ¿Quién acepta un aumento de impuestos? Otra manera es reducir impuestos y recortar gastos hasta igualarlos con los ingresos. El problema es que harán los ciudadanos cuando aumente su ingreso disponible ¿Ahorrarán o aumentarán su consumo? Si hacen lo último presionarán la inflación al alza.
2.  Restringir el dinero. La restricción de la oferta monetaria, es decir, la restricción del crédito mediante su endurecimiento, disminuye el ritmo de compras y producción (supuestamente intensifica la competencia y ello presiona al descenso de los precios) de la economía y en menor grado la inflación, aunque no hay una ley de hierro que diga que al disminuir la producción y las compras deba disminuir la inflación. Los problemas son, en primer lugar, que golpea duramente a las pequeñas empresas y no a las grandes; en segundo lugar, la política monetaria restrictiva es una política de freno y avance, debido a las presiones sociales, primero por disminuir la inflación y luego por aflojar el crédito.
3.  Provocar una gran recesión, mediante una política monetaria recesiva severa, que impida que aumente la oferta monetaria y por lo tanto el crédito. Esta es una solución ingenieril que se acompaña con los siguientes problemas:
                                                                                                          
 a) alto costo humano y probablemente inaceptable; b) la desocupación es una manera muy inequitativa de combatir la inflación y; c) la desocupación afecta fundamentalmente a los más débiles económica y políticamente (jóvenes, negros, mujeres y latinos) porque están poco entrenados y tienen muy poca capacidad de presión política, por lo que su impacto sobre la tendencia de los salarios es muy pequeño. Además, la medida es inequitativa y no es efectiva. Es por ello que las tasas de desocupación aumentan y las de inflación no bajan obedientemente.
4.  Estableciendo controles voluntarios, tales como sugerir límites a los aumentos de salarios y precios. Con esta medida  se puede disminuir la inflación sin cambiar la posición relativa de las personas, siempre y cuando todos acepten los límites y no hagan trampas. Otra modalidad de adhesión voluntaria es la de Planes de Incentivos Fiscales, que consiste en aplicar multas fiscales a las empresas que den aumentos salariales superiores a los pautados, sin embargo, es costosa administrativamente (burocracia)  y permite la intromisión del gobierno, generando fricción. Otro tipo son los controles compulsivos, que consiste en imponer límites máximos a los precios o salarios administrados, pero deben ser permanentes y apoyados con fuertes impuestos con lo cual se corre el riesgo de motivar la evasión y los controles son costosos (ejército de inspectores, además de que irritan a la gente y es difícil decidir como se deben ajustar los precios y los salarios cuando la economía crece y enfrenta nuevos cambios; sin embargo es una medida efectiva.
El gran problema es que sólo es posible controlar la inflación reduciendo el ingreso de alguien ¿de quién? Todas las medidas para controlar la inflación tienen un costo la reducción del salario real de los trabajadores y el desemplo.
Tasa de inflación
Es la variación porcentual que experimentan los precios entre dos períodos considerados. La tasa de inflación de un año es el resultado de las tasas de inflación obtenidas cada mes. Se expresa a través de índices que reflejan el comportamiento de los precios durante un período determinado de tiempo.

¿Cómo se mide?
por medio de la recolección mensual de los precios a través del tiempo, de un importante conjunto de los diferentes bienes y servicios que los consumidores normalmente adquieren para el hogar, proporcionando una información útil, concisa y lo más confiable posible, denominada "Indice de precios al consumidor"
Índice de precios al consumidor (IPC)
Definido en términos generales, un índice de precios es un número índice que mide la combinación de los precios de un conjunto particular de bienes y servicios, denominado canasta familiar o canasta de mercado, en un período específico de tiempo, con respecto a la combinación de precios de un grupo idéntico o muy similar de bienes y servicios en un periodo de referencia

                                                                                                                                  
También se le llama el "Índice del Costo de la Vida"
Con ese fin primordial, se efectúa una cuidadosa selección de los artículos que habrán de incluirse, siendo su propósito lograr un grupo lo más representativo posible para integrar la "Canasta familiar”. En segundo lugar, es necesario realizar la ponderación de cada producto o servicio , para reflejar la importancia de los artículos en el presupuesto de la familia, lo cual permite calcular el promedio ponderado de los precios relativos; así determinada alza proporcional de precios en el grupo de artículos que tienen una alta ponderación en la canasta familiar producen un efecto mucho más fuerte en el "costo de vida de la familia" que la misma alza proporcional de precio sobre artículos que no son importantes.
Índice de precios al consumidor vs. Índice de precios al productor
El índice de precios al productor al igual que el índice de precios al consumidor , mide el costo de una canasta dada de bienes , pero difiere de éste en su cobertura , al incluir materias primas y bienes semiacabados , también por haber sido diseñado para medir los precios en una etapa situada al principio de la cadena de distribución. Mientras que el IPC mide los precios en el punto en el que las economías domésticas realizan sus compras, el IPP se elabora con precios correspondientes al nivel de la primera transacción comercial importante de determinado bien, esto hace que el IPP sea mas flexible, pero que refleje una tendencia similar a la del IPC
Al igual que el índice de precios al consumidor, éste se utiliza como indicador de inflación y deflación, en especial cuando el análisis, de estos fenómenos trata de determinar posibles presiones sobre los precios internos derivados de desequilibrios enfrentados en el sector que comercia con el exterior. La razón es que en esta clase de operaciones de comercio entre naciones el cálculo de precios del productor o al por mayor es relevante porque a ese nivel se realizan en su mayoría las ventas o compras.
Además, de ser un indicador de la evolución de los precios mayoristas, el IPP se usa como deflactor de la Tasa de Cambio Real, y hace parte del deflector del PIB.
Cálculo del IPC        Para calcular el índice de precios a lo largo del tiempo, se toma un año base como año de referencia al que se asigna un valor de cien y se van acumulando las variaciones porcentuales registrada en cada período.
Ejemplo : Si el costo de la canasta familiar para ingresos bajos en el año de 1995 fue de $ 150 y en el año 2000 fue de $ 284, se requiere calcular el índice de precios acumulado para el año 2000:


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